La Capilla Vaschetto: un monumento al amor
📍 UBICACIÓN: Ruta 64, jurisdicción San Martín de las Escobas, dpto. San Martín, Santa Fe.
Un hallazgo inesperado
El polvo del camino se alza en el aire mientras avanzo sin rumbo fijo, cuando de pronto, algo me obliga a detenerme. En medio de un cruce olvidado, como si el destino me guiara, la veo. Una silueta solitaria y silenciosa, un templo de otros tiempos que susurra historias al viajero desprevenido.
Apago el motor, bajo de la moto y me acerco. La capilla, de paredes humildes y alma inquebrantable, se alza bajo la sombra de antiguos árboles, como si el paso de los siglos no hubiera logrado doblegarla. Un vestigio de fe que se niega a desaparecer..
Susurros del pasado
El viento me trae ecos de otro tiempo… Puedo imaginar a un jinete amarrando su caballo en la entrada, una mujer de vestido largo con lágrimas en los ojos, murmurando una promesa que solo Dios entendería. ¿Cuántas plegarias han nacido aquí? ¿Cuántos corazones rotos encontraron refugio en su interior?
Los rayos de sol se filtran entre las hojas, proyectando destellos sobre las viejas paredes, como si manos celestiales la abrazaran en un lenguaje que no logro descifrar.
La historia oculta tras la fe
Pero, ¿quién la construyó? ¿Por qué en este cruce de caminos? ¿Qué historia esconde entre sus muros?
Siglos atrás, esta tierra pertenecía a la familia Vaschetto. Fue aquí donde un doloroso suceso marcó sus vidas. La esposa del Sr. Vaschetto trajo al mundo un hijo, pero algo salió mal. Tras el parto, su memoria se desvaneció, quedando atrapada en un limbo donde ni su esposo ni su propio hijo eran reconocidos.
Desesperado, Vaschetto no dudó. Cargó a su esposa en un carro y emprendió el difícil viaje hacia San Carlos, el pueblo más cercano donde encontrar ayuda. Atravesó caminos hostiles, sorteó inclemencias del clima, pero su amor lo mantuvo en pie.
Los meses pasaron, y la esperanza parecía desvanecerse… hasta que un día, contra todo pronóstico, ella despertó. Su memoria regresó, y con ella, la promesa que su esposo había hecho en silencio: "Si mi amada se cura, construiré un templo en honor a este milagro."
Un monumento al amor eterno
Fiel a su palabra, levantó con sus propias manos esta capilla en la esquina de su campo, y en su interior colocó una imagen de Nuestra Señora de los Dolores traída desde Italia. Un testimonio de amor, fe y lucha que el tiempo no ha logrado borrar.
Quizás por eso, estar aquí es tan sobrecogedor. Quizás por eso, la energía del lugar se siente en lo más profundo del alma.
El viaje continúa… pero su historia permanece
El motor de mi motocicleta ruge nuevamente. El camino sigue llamándome. Me alejo, dejando tras de mí este faro de fe que bien podría llamarse un monumento al amor.
Pero su historia sigue viva… esperando ser contada una vez más.
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